«Incesantemente bajo la mirada de los demás, las mujeres están condenadas a experimentar constantemente la distancia entre el cuerpo real, al que están encadenadas, y el cuerpo ideal al que intentan incesantemente acercarse.»
Pierre Bourdieu
La dominación masculina
Sabía que me iba a pillar la Navidad en todo el medio. Hacía casi dos meses que me había mudado a Dublín y casi no me había dado tiempo a ubicarme tras tres semanas viviendo en un hostal, cuatro semanas en el nuevo piso y apenas un mes trabajando como dependienta en uno de los sex shops más céntricos y con solera de la ciudad.
En cuanto recibí la comunicación de que me había concedido la ayuda, me puse mano a mano con Ruth a definir la imagen de Tócate Mucho. Nos costó. No dábamos con la idea. El nombre molaba mucho pero las ideas que venían a nuestras cabezas estaban manidas, boca exhalada; recurrentes, dedos buscando un lugar al que llegar; representaciones de cuerpos que ahora ya se hubieran quedado inválidas. Hasta que llegaron a su cabeza esas manchas líquidas, sugerentes de un rastro, de un fluído que se seca.
Así que cuando me quisé dar cuenta, estaba a punto de comenzar diciembre, con festivos a la vuelta de la esquina y las vacaciones de navidad amenazando con su irremediable parón.
Cogí el Cuestionario IV por banda y diseccioné las 58 preguntas dividas en cinco grupos: el orgasmo, actividades sexuales, relaciones, etapas vitales, final. Seleccioné 15 y comencé a escribir tantas como necesitara para poder contar cómo la forma de relacionarnos con nuestro cuerpo, determina la forma en que experimentamos el placer tanto individualmente como en compañía.
De tanto en tanto me dejaba atrapar por esas confesiones, escritas a la luz de un flexo, quizás, por la noche, tal vez, o por el día, cuando nadie merodeaba alrededor. Confesiones que, al tiempo que alimentaban mi imaginación, encendían el deseo por saber más, mejor, cómo y con quién. Recrearme, al fin al cabo, en ese gusto que siempre me ha provocado que alguien me cuente buenas historias en primera persona.
Pero ¿por qué hablar de la relación cuerpo-placer? Siendo el primero la vía para la experimentación del segundo, en el caso de las mujeres, tanto uno como otro han sido instrumentalizados para nuestro sometimiento, algo histórico e inherente a cualquier época. Desde la iglesia, la ciencia, la política y la justicia se ha construído discursos que han justificado la subordinación de la mujer, de naturaleza pecaminosa, desviada, carente de intelecto y lógica y por tanto de autocontrol, al hombre; un ser, en definitiva, inferior únicamente destinado a la procreación y al servicio del placer másculino.
Por otro lado, los cuerpos femeninos -y a través de ellos su moralidad- han sido objeto de innumerables representaciones desde la pintura, la escultura, la literatura y ya en el siglo XX desde la publicidad, el cine, la moda la televisión y los medios de comunicación. Los cánones han estado siempre ahí; ya sea en la proporción áurea, las creencias de que las formas más voluptuosas hacían el cuerpo más propicio para la concepción, hasta los modelos instaurados por las distintas artes plásticas según la época de la historia. Sin embargo ha sido en el siglo XX cuando la representación de la mujer como objeto ha alcanzado proporciones cada vez más imposibles y un simbolismo erótico exponencial.
No hace falta romper la báscula, que te falte un brazo o que alguna disfuncionalidad afecte tu aspecto físico para no encajar con el modelo de belleza que se propugna hoy en día. Me atrevería a decir que todas las mujeres tenemos un aspecto físico que ni de lejos se parece a cualquiera de esas supuestas mujer-modelo (incluso ellas en esas portadas des revistas son una reconstrucción prefabricada de si mismas). Esa mirada construida sobre el cuerpo de las mujeres ha llevado a muchas (quizás a la mayoría) a observarnos de forma distorsionada. Y si no te gusta tu cuerpo, ¿cómo disfrutar de él y con él? ¿Cómo observar algo que se rechaza, no hablemos de oler, tocar o lamer? ¿Cómo avanzar, sin dejar rastro alguno de culpabilidad, en los derroteros del placer que excede lo normativo, cualesquiera que sea la norma?
Los últimos meses había visto poner mi cuerpo a prueba, saboreando y degustando pieles y fluidos culturalmente proscritos; inhalando hasta irritar mi pituitaria y grabar en el entrecejo aromas de amantes, poniéndole lengua a casi todo. Llenar huecos, hurgar en rincones demandantes de ser hincados, agarrados, uñas clavadas, carnes rebosantes. Había comenzado a imaginar comer el otro sexo, lamer pechos que fueran como los míos y morder labios con carmín; a querer encuentros calculados entre números primos, múltiplos de dos y cifras de dos dígitos.
La primera versión de la encuesta fueron 59 preguntas, toda abiertas a desarrollar, en las que la forma de usted -propia de entrevistas y presente en los cuestionarios de Hite- se sustituye por el tú.
-Sabes que vas a tener problemas para que te contesten a esta encuesta. ¿Por qué no haces entrevistas en profundidad?
-¡Uf! Y qué hago yo con solo 10 o 15 historias.
Una de las razones por las que me gustan las encuestas es porque te permiten dibujar un escenario que te ayuda a crear marcos, a encontrar ejemplos impensables. ¿Cómo iba a conformarme sólo con apenas una decena de mujeres?
-Cierra algunas preguntas. ¿Qué muestra necesitas?
-383
El Cuestionario01_TócateMucho se sometió a la validación de un grupo de expertas formado por cinco mujeres, de las que respondieron tres (una periodista, una profesora de secundaria y miembro del colectivo feminista y una profesora universitaria en Periodismo y Comunicación Audiovisual), con diferentes tipos de feedback. Los principales criterios que se modificaron después de esta primera consulta fueron el cerrar algunas preguntas, lo que obligó a reestructurar el cuestionario, y a reformular un número de preguntas pues recibimos la observación de que las mujeres transexuales podían verse excluídas debido a la formulación empleada.
Tras esa primera validación y posterior modificación se obtiene el Cuestionario02_TócateMucho, que vuelve a someterse al juicio externo. Esta vez se envía a seis mujeres expertas en ámbitos como la Psicología y Sexología, Didáctica, Comunicación Audiovisual, Periodismo y Publicidad y una de las representantes del colectivo de Familias de Menores Transexuales, obteniendo esta vez la respuesta de cinco de ellas.
Tras la actualización del Cuestionario02_TócateMucho con las recomendaciones aportadas por el último grupo de expertas se procede a crear la encuesta on-line de alrededor de 80 preguntas más o menos. Tras probar con el servicio de SurveyMonkey, por cuestiones de usabilidad se decide pasar al servicio que pofrece Typeform.
El 3 de marzo de 2018 se activaban los perfiles en redes sociales y se comenzaba a difundir la encuesta. Ahora ya sólo quedaba que 383 mujeres de entre 18 y 99 años, de Huesca capital y provincia -de origen o adopción-, respondieran.