Mi erotismo para mí

Mi erotismo para mí
abril 23, 2018 armaza

Estaba en un encuentro de esos que recuerdan a la edad adolescente, donde se busca el juego sexual y la embriaguez para conseguir objetivos que podrían ser fácilmente alcanzados sin tanta parafernalia.

-¿Cuáles son tus momentos más eróticos?- Me preguntaron.

Yo, ante la ausencia de estupefacientes en mi cuerpo, pude ver una realidad muy diferente a la que ellos intentaban mostrar y, engañándose a si mismos, percibir con un disfraz.

Claramente necesitaban oír las respuestas que otras damas, complacientes y con ganas de gustar, les iban dando. En sus mentes acostumbradas a la decoración y al engaño, idealizaban a la mujer con un perfume y un ritual de seducción, imaginaban pétalos de rosa, aromas dulces y luces tenues; dadas tan solo por una vela que dejaban ver las sombras que simulaban siluetas en las paredes aún húmedas por la condensación. Ansiaban escuchar historias de penetración y orgasmo, o de cuerpos desnudos corriendo por el espacio.

Yo, sin embargo, al oír la palabra “erótico” pensé en mi soledad, en esos momentos bajo el agua de la ducha, que sin planearlo, sin poner música y sin perfumar la estancia, simplemente suceden como un momento cotidiano más. Pensé en el agua corriendo por mi cuerpo y en mi mano reencontrándose con cada curva de mi ser, en el tacto de mis dedos al notar mi tripa hinchada, cansada de sumirse para deleitar la mirada ajena. Pensé en la fuerza de mis manos masajeando mis cansados músculos y pensé en la gota de agua que buscaba curiosa su camino sobre mí.

Tras unos segundos sin respuesta insistieron para procurar que entrara al juego, decidí entrar pero a mi manera, igual que las otras damas que me acompañaban esa noche, dejé el erotismo para mí y les mostré mi sensualidad con un coqueteo chirriante bailando bajo la luna, mantuve su ilusión apoyando la imagen equivocada, la fantasía de que somos flores delicadas que necesitan de un placer planificado. Les dí de beber el agua que satisface su sed, pero mi néctar, ese néctar erótico que guardo para mí, se quedó conmigo.

Tali Rosu

Relato regalado a través del cuestionario Tócate Mucho.

FOTO: Un momento de soledad cualquiera. Anónima.

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