La necesidad de explicar que faltan voces

La necesidad de explicar que faltan voces
marzo 30, 2019 armaza

Desde el primer momento en que empecé a pensar Tócate Mucho imaginé un relato diverso. Mujeres de distintas identidades y orientaciones sexuales; jóvenes, adultas y mayores; con diversidad funcional y que provinieran de diferentes orígenes, territorios, hablando sobre sus cuerpos, delgados, gordos, altos, anchos, no normativos, de su placer.

Una de las decisiones resultado de este ánimo fue poner especial cuidado en la selección de las imágenes de la web de Tócate Mucho, de forma que en la medida de lo posible pudiéramos salir de lo normativo y lo dominante. Por una cuestión de recursos, decidimos buscar en bancos de imágenes, gratuitos y de pago. Nos parecía importante que aparecieran cuerpos de mujeres, no figuraciones, por eso apostamos por las fotografías (aunque finalmente adoptaran un estética cercana a la ilustración) como recurso gráfico. Fue la decisión que tomamos. Tratamos de seleccionar diferentes tipos de mujeres, nos costó y aquí contamos el proceso, y cómo “pese al esfuerzo en seleccionar imágenes con la intención de mostrar diferentes tipos de belleza que salieran del tipo dominante (mujer blanca, rubia y delgada), las imágenes utilizadas no dejaron de responder a una diversidad igualmente estereotipada”.

Me propuse (nos propusimos) dibujar un relato diversos porque diversos son los lugares que habitamos (aunque a algunos les pese), como diverso ha sido mi entorno personal desde que, hace ya 17 años, saliera de Huesca. En este tiempo, en mis idas y venidas, vi como la ciudad en la que nací se convertía también en diversa, a otro ritmo, de otra manera, al fragor del milagro económico, quizás con menos grado de integración de lo que somos capaces de reconocer. Comunidades de personas migrantes se instalaron en la capital y la provincia y se asentaron, configurando un paisaje poblacional diferente al que recordaba de niña.

Para el propósito de dibujar el relato (que debía ser diverso), vehiculizamos la encuesta siguiendo los cauces de comunicación cotidianos: whatsapp, facebook y twitter. Hacer que nuestros hábitos a la hora de comunicarnos diariamente formaran parte de la metodología al hora de difundir el cuestionario. Apuntaré que descartamos Instagram porque no queríamos caer en la vorágine de imágenes sin una historia detrás y por entonces aún no sabíamos qué hacer. Ahora ya lo sabemos y pronto lo pondremos en marcha.

Se anticipó cierta dificultad en lograr que nuestro mensaje llegara de manera orgánica a dichos colectivos no sólo por ser minoritarios, sino también por no contar con mujeres racializadas, trans, con diversidad funcional, en ese entorno cotidiano oscense, lo que resultaba un factor clave en ese querer reproducir mecanismos de comunicación cotidianos. Por ello contacté con organizaciones, colectivos e instituciones públicas que pensé ayudarían a vehiculizar el cuestionario y así llegar a poblaciones específicas, no sólo por representar algunas de ellas a los grupos de interés sino también por presuponer contactos y vínculos propios del trabajo en red en el ámbito del movimiento asociativo y de mujeres.

El éxito de dichos contactos fue relativo, siendo muy bien recibido en un primer término, con algunas ausencias de respuestas (desconocemos el motivo), con ciertas reticencias a priori entre algunos grupos de mujeres que veían en el objeto de estudio el principal impedimento por resultar tabú en sus comunidades y siendo, en términos generales, más fructífero el contacto a nivel personal que a nivel institución. Por esta vía, nunca supimos a cuantas personas de dichos colectivos llegó el mensaje de Tócate Mucho.

Quiero dejar claro que en ningún momento se parte de la hipótesis de que se experimente placer de una forma diferente en función del origen, el territorio, la identidad sexual o las capacidades que se posean ya sean físicas o intelectuales pero, a priori, sí se entiende que por razones culturales, de entorno y/o fisiológicas, la aproximación al propio cuerpo, al autoconocimiento, al autoplacer y la vivencia de la sexualidad tanto individual como compartida transita por caminos muy diferentes. No se trataba en ningún momento de medir, cuantificar, ni ponderar la sexualidad de unas sobre otras, ni general. Lo único que quería era conocer las sensaciones de mujeres, procedentes de diferentes contextos y con realidades muy alejadas las unas de las otras pero que viven en un mismo lugar, para ponerlas en común, dando pie al aprendizaje colectivo y a un proceso por el cual nos podamos reconocer las unas en las otras, en un plano tan esencial como el de la vivencia de nuestros cuerpos y nuestro placer. De esta forma, entiendo, se produciría un fortalecimiento de los vínculos entre nosotras -independientemente de los orígenes, identidades o elecciones- en los entornos locales.

Que en el relato falten voces es algo que me sigue ocupando, porque de verdad creo que la liberación de los cuerpos vendrá de colectivizar los distintos significados que para cada una tiene el nuestro, nuestros imaginarios para el placer y las posiciones desde las que se construyen nuestros deseos, de forma que lleguemos a reconocernos en las otras. El cuidado ha sido una prioridad en todo el proceso de ejecución de Tócate Mucho, hacer partícipes del mismo en especial a las 10 mujeres que protagonizan en el relato audiovisual fue importa y es algo que ha adquirido un mayor valor con el paso del tiempo. Pero, pese al cuidado, también se han tomado decisiones poco acertadas o erróneas que han podido influir en que este primer relato sea menos diverso de lo que deseaba.

La no inclusión de preguntas destinadas a identificar el origen étnico de las mujeres participantes así como no preguntar por si se poseía algún tipo de diversidad funcional (sí se incluyeron sobre identidad y orientación sexual) son errores de cálculo. Se pensó que ambas cuestiones podía ser interpretadas como un intento de categorización, cuando, ahora soy consciente, el haber explicado el porqué de su inclusión en el cuestionario habría evitado esa malinterpretación.

También, problemas de organización y disponibilidad impidieron la idea inicial de celebrar varios encuentros presenciales en los que presentar el proyecto e invitar de forma directa a mujeres racializadas, con diferentes identidades y elecciones, con diversidad funcional, así como a mujeres mayores, facilitando la participación en la encuesta por escrito, de forma que se pudiera corregir la brecha digital en el caso de que esta fuera un condicionante añadido. Y la posible articulación de discursos que de manera inconsciente incluyeran violencias o reprodujeran posiciones y actitudes dominantes.

La decisión de difundir la encuesta tratando de imitar los hábitos comunicativos que practicamos en nuestra cotidianidad fue una decisión consciente, pues cotidiana es nuestra relación con nuestro cuerpo y el placer. Lo que no esperábamos es que esto, junto al hecho de la escasa incidencia de nuestro mensaje en colectivos concretos, arrojaría algunas incógnitas que merecen ser indagadas más en profundidad.

Como por ejemplo, que si moviéndonos en el plano de lo cotidiano (recordemos, el contexto es la provincia de Huesca) en todo momento del proceso no hemos sido capaces de hacer llegar nuestro mensaje a determinados colectivos de mujeres, ¿significa esto que esas mujeres no están en ese plano cotidiano?, ¿dónde se ubica socialmente su cotidianidad?, ¿cómo de diversos son los colectivos de mujeres a nivel local?, ¿existe esa estructura en red que interconecta los movimientos de mujeres de diferentes orígenes e identidades para que permita el conocimiento y el intercambio de la cotidianidad de las violencias que atraviesan a cada una?, ¿es suficiente el proceso de revisión en el ejercicio del lenguaje y la construcción de discursos realizado de forma autónoma e individual? Y el sexo, que sigue siendo un tabú.

Tócate Mucho no es ningún relato definitivo. De ahí la necesidad de buscar aliadas (como es el caso de Revista Amazonas) con las que transitar los caminos de la diversidad. “Queremos dibujar nuevos imaginarios en los que ubicar nuestro goce y los significados de la herramienta para alcanzarlo que es el cuerpo, mirando dentro de nosotras mismas, al tiempo que observamos el interior de las otras”.

Todo este texto viene motivado por el deseo de explicar el porqué de las ausencias en el relato y la decisiones tomadas de forma que ayuden a comprender qué es Tócate Mucho y qué aspira a ser. Por la exigencia autoimpuesta de extender las respuestas dadas a las preguntas por la ausencia de voces en el relato lanzadas durante la presentación del pasado 23 de marzo, en Huesca. Así como por la necesidad de exponer los conflictos que se me presentan cuando la imagen con la que anunciamos el Cine Debate Feminista junto a Revista Amazonas del próximo día 2 de abril en Madrid (una de esas fotografías escogidas con tanto cuidado para la web de Tócate Mucho y que hasta entonces no me había generado incomodidad) coloca a una mujer negra en el centro cuando seremos blancas quienes estemos en la actividad.

Ilustración: Ruth López.

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